domingo, 7 de enero de 2018

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 641.-PERVERSIDAD (JAVIER SAGASTIBERRI)

Título: PERVERSIDAD
Autor: JAVIER SAGASTIBERRI
Editorial: EREIN / Colección Cosecha Roja nº 24
Trama: La muerte de un hombre, con signos de haber sido terriblemente torturado, obligará a los mejores especialistas en homicidios de la Ertzaintza de Bizkaia a bucear en un submundo plagado tanto de hipocresía como de maldad, en el que todos tienen algo que ocultar y nadie es lo que parece.
Personajes: Itziar Elcoro, oficial de la Erzaintza experta en homicidios, tímida y solitaria, originaria de una tradicional familia donostiarra, Arantza Rentería, suboficial de la Ertzaintza, compañera, subordinada y amiga de Itziar pese a ser “estéticamente” antitéticas, que parece estar siempre enfadada y enfrentada contra todo el mundo, pero incansable hasta culminar con éxito su investigación y realizar su peculiar sentido de la justicia, Martín Larburu “La Marty”, antiguo delantero centro “rompedor” del Athletic, que decidió romper también con su pasado y salió del armario, Juan Manuel Olarizu, centenario patriarca de la negurítica familia Olarizu, miembro del Opus Dei no tanto por convicción sino porque hizo con esa institución buenos negocios cuando controlaban el gobierno bajo el franquismo, Txusa, Teresa e Isabel, las tías monjas de Itziar Elcoro, doctoras en Psiquiatría, Psicología y Física respectivamente, que no se limItan a quedarse rezando en su convento, precisamente, Jaime Olarizu, hijo de don Juan Manuel, que se separó de su familia cuando decidió montar un burdel de lujo, atraído por el sentido hedonista de la vida, todo un “bon vivant” y un caballero a la antigua usanza, Mikel Arruebarrena, friki amigo de Arantza Rentería, aquejado de un notable sobrepeso y un auténtico virtuoso informático.
Aspectos a Destacar: La descripción de un estrato de la sociedad que ha llegado a detentar un poder casi absoluto, para lo que se ha servido tanto de la economía como de la política y la religión, no sólo con sus hipocresías sino también con sus contradicciones, que parecen perpetuarse de generación en generación.
La Frase: Alguna vez me he planteado la posibilidad de que Dios no sea consciente de lo que nos está haciendo. Quizás se contemple a sí mismo no como un creador de realidad sino como un novelista. Quizás conciba su actividad como una mera creación de ficciones. Para entretenerse crea un mundo y unos personajes, imagina dolor y felicidad, éxitos y fracasos, y los reparte como le da la gana entre ellos, unas veces con justicia y otras, para hacer más interesante el argumento, en forma monstruosamente injusta. Cuando actúa de esa manera no es consciente de que realmente esos personajes han cobrado existencia fuera de su mente.