sábado, 16 de enero de 2016

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 551.-NO APAGUES LA LUZ (BERNARD MINIER)

Título: NO APAGUES LA LUZ
Título original: N'ÉTAINS PAS LA LUMIÈRE
Autor: BERNARD MINIER
Editorial: SALAMANDRA
Trama: Martin Servaz, policía francés que se encuentra de baja por depresión, ingresado en una "casa de reposo" para policías, recibe unos correos electrónicos que parecen ponerle en la pista de un suicidio que quizás tal vez no lo sea y, obsesionado por el tema, iniciará una investigación extraoficial. Al mismo tiempo una famosa locutora de radio empieza a ser objeto de un acoso contra su persona del que desconoce por completo su significado.
Personajes: Martin Servaz, teniente de policía eficaz, honrado y culto, que tras enfrentarse a un asesino en serie recibe de éste el corazón de una antigua novia, lo que le sumirá en una profunda depresión, Christine Steinmeyer, periodista y locutora radiofónica, fría y elegante, cuyo mundo empieza a derrumbarse al ser objeto de un extraño acoso, su novio Gérald, un profesor muy seguro de sí mismo, que no acaba de creer por completo que lo que le cuenta Christine no sea fruto de su imaginación, Cordélia, becaria que trabaja para Christine, joven y con unos inmensos deseos de triunfar en su trabajo, sea como sea y caiga quien caiga, Léo Fontaine, exastronauta francés, reconvertido en relaciones públicas de la industria aeronáutica y mujeriego pertinaz, viejo amante de Christine que rompió con él cuando decidió casarse con Gérald, Guillaumot, jefe de Christine en la radio, un hombre al que sólo le interesa preservar el buen nombre de la emisora, Max, indigente que ha establecido su "domicilio callejero" cerca del portal del edificio de Christine, Mila Bolsanski, exastronauta francesa de origen ruso, que estuvo relacionada en el pasado con Léo Fontaine.
Aspectos a Destacar: Tercera de las novelas dedicadas por Minier a Martin Servaz, ahondando en el perfil psicológico de su personaje y construyendo, además, una trama sobre un tema tan de actualidad como el acoso, describiendo por qué perversos métodos el acosado, es decir, la víctima, puede llegar a ser considerado, a su vez, como victimario o culpable de lo que le sucede.
La Frase: Al proseguir su lectura, Servaz descubrió que existía una primera etapa, denominada de "intrusión", en la que el manipulador se dedicaba a penetrar en el territorio psíquico del otro, a confundirlo, a apropiarse de sus ideas y sustituirlas por las propias. Después venían el control o el aislamiento de la familia, de los conocidos, de los amigos... "Como en una secta", pensó. Y al mismo tiempo la denigración, las humillaciones, los actos de intimidación destinados a provocar una fractura identitaria en el espíritu de la víctima, a hacer tambalearse su autoestima.

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