jueves, 28 de febrero de 2013

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 411.-UN GRAMO DE ODIO (FRANTZ DELPLANQUE)


Título: UN GRAMO DE ODIO
Título original: DU SON SUR LES MURS
Autor: FRANTZ DELPLANQUE
Editorial: ALFAGUARA
Trama: Jon Ayaramendi es un asesino profesional que ha rebasado la sesentena por lo que decide retirarse a un pueblo de su Iparralde (País Vascofrancés) natal, donde lleva una vida prácticamente recluido. Hasta que una amiga, a la que se siente muy unido, le pide que la ayude a buscar a su nuevo novio, que ha desaparecido, lo que le llevará a tener que enfrentarse con los fantasmas de su pasado.
Personajes: Jon Ayaramandi, asesino a sueldo jubilado, que se inició en su profesión tras un desengaño amoroso, pero que nunca mató por placer, sino por profesionalidad, que tras su retirada se reencuentra con los "buenos sentimientos", aficionado a la música rock, Perle, joven vecina y amiga de Jon, que la ayudó en un momento de apuro, decidida y obstinada, madre soltera de una niña que llama "abuelito" a Jon, Jean-Luc, propietario de un bar al que suele acudir Jon, amigo de éste aunque nunca le pregunta por su pasado, también aficionado al rock, Burger, viejo colega de profesión de Jon, que siempre sospechó que no sólo era un profesional sino que disfrutaba con lo que hacía, Marconi, exjefe de Jon, semirretirado y que atesora mucha información sobre el pasado, Valentin, vocalista de un grupo musical que esporádicamente trabaja como conductor para Jon y sus colegas, Paco, jefe de un clan gitano que circunstancialmente entabla una buena relación con Jon, Louise, cuarentona un tanto "pija" asidua al bar de Jean-Luc, que cuando se enrolla con Jon demuestra que no es tan pija,
Aspectos a Destacar: El intenso ritmo de la novela, pautado con incrustaciones de letras de canciones que, en lugar de interrumpir la narración le da más viveza y agilidad y sirve de contrapunto a las diversas situaciones y sensaciones de los protagonistas.
La Frase: El cese de mis actividades como criminal sólo había durado tres meses. Y eso a pesar de mis buenas intenciones. Nadie puede escapar de sus aptitudes. Uno siempre termina por ejercerlas cuando alguien lo necesita. Tomemos el ejemplo de un médico: a su alrededor siempre se producirán accidentes o habrá enfermos que padezcan una crisis o niños que se dediquen a comer pendientes. Se podía decir que acababa de cometer mi asesinato número treinta y tres. Y aunque hubiera pasado de ser profesional a ser un simple experto, también se podía decir que había regresado a las andadas. ¿Acaso era como uno de esos jubilados que ponen en práctica sus habilidades de manera altruista?