miércoles, 19 de diciembre de 2012

EL ASESINO DEL PENTAGRAMA (SERGIO MIRA JORDÁN)


LA NOVELA: Si hay un tiempo de los asesinos, como escribió Arthur Rimbaud, bien podríamos encontrarlo en el desarrollo de esta novela negra, donde, bajo la conexión de un conservatorio de música, comienza a sucederse una serie de crímenes, como notas en un pentagrama mortal compuesto por sangre, música, enigmas de la historia y sentimientos enfrentados entre unos protagonistas que pueden ser criminales y, al mismo tiempo, víctimas: David, profesor divorciado que añora el cariño de su hija lejana y que se verá involucrado en una relación sentimental y en la resolución de los casos; Laura, la elegante y enigmática profesora de flauta; Pablo, el extraño profesor de guitarra; Eduardo, el conserje, todo un correveidile profesional…
Las famosas Variaciones Goldberg, de Johann Sebastian Bach, actúan como hilo conductor en el ambiente claustrofóbico del conservatorio, donde el sargento Beltrán, de la unidad de homicidios de la Guardia Civil, tratará de hallar la solución y cerrar el enigma.
Sergio Mira Jordán se nos descubre en El asesino del pentagrama como una nueva figura del panorama español de la novela negra, gracias a su singular capacidad para mezclar la figura y obra de Bach con la trepidante acción criminal en esta novela adictiva y llena de ritmo.

EL AUTOR:  Sergio Mira Jordán (Novelda, Alicante. 1983), es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Alicante, escritor y compositor. Poemas suyos pueden leerse en las antologías Hablan los poetas (2004), Con plumas y pinceles (2007), Coloquio de las artes (2009), todas publicadas por la editorial ECU, y en el volumen Silencios encontrados (editorial Corona del Sur, 2011). Su cuento Un trabajo bien hecho fue seleccionado por Mariano Sánchez Soler para El taller de los cuentos oscuros (ECU, 2007).
Ha compuesto también distintas obras sinfónicas para banda (pasodobles, música festera, marchas de procesión…) y piano, así como también las BSO para los cortometrajes Un pacto a la vida, Sed de aire (Primer premio del V Festival Internacional de Cortos «Cinemobile» 2012 de Sevilla), y la música de la canción principal del corto 5 con 5.

ASESINATO EN LA BASTILLA (CARA BLACK)


LA NOVELA: Aimée Leduc se encuentra cenando en un elegante restaurante cuando una mujer, ataviada con una chaqueta muy similar a la suya, abandona el local dejándose el teléfono móvil en la mesa. Aimée la sigue para devolvérselo, pero es atacada en un oscuro callejón. Al despertar en el hospital, maltrecha y ciega, descubre que la mujer a la que seguía ha muerto a consecuencia de un brutal ataque, cerca de donde ella misma fue asaltada. Lejos de sumirse en la autocompasión, la joven detective está decidida a ir hasta el fondo del asunto: ¿ha sido víctima de un asesino en serie?, ¿o acaso fue una confusión de identidades? ¿Será que alguien está realmente persiguiendo su muerte? Ciega o no, está dispuesta a llegar al fondo del asunto.

RESEÑAS: Acción y aventura en París, sin perder los tacones ni el glamur. (Todo Fácil)
Es clara la influencia de Donna Leon en su compatriota Cara Black en la abultada serie de novelas de la detective Leduc con la ciudad de París como envoltorio de sus investigaciones. (Lluís Fernández, La Razón)
Andrea Camilleri hizo un trabajo de ambientación excepcional para su comisario Montalbano al crear la imaginaria ciudad siciliana de Vigata. Cara Black ha tomado buena nota: sus descripciones de París son sencillamente sublimes. (Library Journal)
Hace unos años, Michael Connelly le arrebató el premio Anthony a Cara Black por los pelos. Black tiene tanto talento que es posible que a día de hoy le ganara la partida al maestro. (Chicago Tribune)

LA AUTORA: Cara Black vive en Noe Valley, San Francisco. Pertenece a diversas asociaciones literarias, como Sisters in Crime o International Crime Writers, pero hay una agrupación que ha influido en su obra por encima de todas las demás: Paris Société Historique. Fruto de su pasión por tal ciudad es la saga de novelas protagonizada por la investigadora Aimée Leduc, y para la cual se documenta con la ayuda de la policía y varios detectives privados de la ciudad. Con esta serie se ha ganado la admiración de sus colegas escritores. Alan Furst, Val McDermid o Stuart Kaminsky reconocen sus logros, y varios premios los avalan; entre otros, Cara Black ha obtenido el San Francisco Library Laureate y el Macavity, además de ser nominada tres veces para el Anthony.

GENTE FETÉN (JOSÉ VILLALBA GARROTE)


Gente fetén es un mosaico del vanidoso paisanaje del mundo mediático. Atrapado en este circo, el detective privado Leocadio Coscarón se sumerge en un embrollado caso que le conduce hasta la ciudad de Barcelona. Su resolución no es más que el inicio de una concatenación de misterios y un brutal asesinato en los que se ven implicados importantes personajes de la farándula. Toreros, famosos, paparazzi, travestis, empresarios de élite, bellezas turbadoras, un chamán sucesor de Carlos Castaneda, una banda de adictos a la moda nipona… nadie se libra de sospechas que concluyen en un desenlace sorprendente, dramático y sangriento. El devenir cotidiano con sus ternuras y miserias impregna esta historia entrañable que termina de la peor manera posible, como corresponde a una buena novela negra. La risa y la inquietud acompañan una trama que se va desgranando entre vinos y tapas, siguiendo el buen hacer de nuestro detective. La personalidad sagaz y sorprendente de Leocadio Coscarón, Leo para los allegados, no es suficiente en esta enrevesada historia para adelantarse a unos acontecimientos nefastos. Por fortuna, una vez más, se ve respaldado por sus acólitos: el matrimonio de detectives lesbianas cuyas pesquisas concluyen a las puertas del Vaticano, el leal Soto, su amigo Cipri y la última incorporación a la agencia, el gitano Johnny, sin cuyo arrojo, el final hubiera sido aún menos feliz…
El público lector de Jose Villalba trasciende el habitual en la novela negra. Sus personajes, tan poco peculiares, tan humanos, que parecen materializarse allá donde se mueven, despiertan la curiosidad y el interés de lectores de muy diversa índole. El devenir cotidiano se convierte en el escenario perfecto en el que todo puede ocurrir. La novela negra no es en su caso sino una disculpa para engranar una serie de elucubraciones y reflexiones de cariz psicológico y trasfondo social que van mucho más allá del desarrollo de una trama de suspense.