miércoles, 24 de octubre de 2012

GAUR ZORTZI (CARMEN GISASOLA)


Andoni preso dago Kordobako espetxean. Gaur, beste hainbat gutunekin batera, ezezagunen batek bidalitako gutun luze bat jaso du. Emakume batek sinatuta dator. Gaur zortzi, gutuna idazten duen emakume horren alabak ihes egin du organizazio armatu batean militatzeko. Andreak luze kontatzen dio gutunean zehar organizazio horretan militatzen duen preso horri beraren eta alabaren arteko harremana, konpromiso politikoari konpromiso pertsonala aurrez aurre jarririk.
Andoni se encuentra preso en la cárcel de Córdoba es un prisionero en su prisión. Hoy, junto a otras cartas, ha recibido una muy larga enviada por una desconocida. Está firmado por una mujer cuya hija se escapó hace una semana para militar en la organización armada. Andrea le cuenta a ese preso que también milita en la organización armada, a través de su extensa carta, la relación que tiene con su hija, enfrentando el compromiso personal con el político.

Artículo publicado en EL CORREO (http://www.elcorreo.com/) 24 de octubre de 2012. Redactor: Antonio Santos.
La exdirigente de ETA Carmen Gisasola abogó ayer por hacer una reflexión sobre el pasado para construir el futuro y asentar la convivencia en Euskadi. La que fuera máxima responsable de los comandos en la década de los noventa y ahora a la cabeza del colectivo de presos que han roto con la banda se mostró convencida de que el respeto a las ideas diferentes es imprescindible para crear un futuro normalizado.
Interna en el centro penitenciario de Zaballa, donde se encuentra clasificada en segundo grado, Gisasola aprovechó un permiso para presentar en San Sebastián su primera novela, bajo el título Gaur zortzi. La obra que, según dijo, no es una autobiografía, sí que tiene un gran paralelismo con su propia vida. Narra la historia de una madre que descubre que su hija ha huido de casa para incorporarse a ETA. La mujer, para intentar comprender a la muchacha, comienza a cartearse con un preso. Gisasola, visiblemente nerviosa y acompañada de la exparlamentaria de Aralar Aintzane Ezenarro, aseguró que el trabajo, de apenas cien folios, es una pequeña contribución a la convivencia» en el País Vasco.
La exmilitante etarra se negó a analizar la actualidad política y la situación del colectivo de presos, pero sí dejó caer algunas ideas. Aseguró que las heridas no se cierran por mirar a otro lado y apostó por examinar el pasado. Pidió que en Euskadi no se repita la experiencia de la Guerra Civil española, donde todavía hay familias que buscan los cuerpos de sus allegados en las cunetas de las carreteras. Sin citar a nadie en concreto, Gisasola lamentó que durante décadas el hecho de no respetar los derechos humanos y atacar a quien piensa diferente ha sido normal en Euskadi y aludió a los atentados, la censura o palizas y los ataques de palabra.
El rostro más visible de la llamada 'vía Nanclares' -presos que han roto con la banda y han pedido perdón por sus actos sangrientos, lo que les ha supuesto haber sido expulsados de la organización y repudiados por quienes eran sus compañeros de lucha- advirtió que la convivencia en el País Vasco es una responsabilidad de todos y no se va a dar de la noche a la mañana. No obstante, se mostró convencida de que, sin hacer una reflexión del pasado, no se puede avanzar mucho.
Siempre mediante alusiones a su libro, Gisasola hizo su particular interpretación de la historia de ETA. Aseguró que la lucha armada genera a su alrededor una mentalidad que provoca que se considere normal atacar al que piensa diferente. Un comportamiento que, subrayó, «no puede tener cabida en una cultura en favor de la convivencia». Esa forma de actuar -insistió- ha contaminado, además, nuestras relaciones.
La exetarra, que ha firmado una carta en la que pide perdón a sus víctimas y reniega de la banda, admitió que, como ella, muchos asumieron una forma de actuar para lograr objetivos políticos. Esa dinámica de actuar al servicio de una 'gran verdad' nos ha llevado una y otra vez a justificar excesos a pesar de que generaban muchas contradicciones en nuestro interior, explicó. Gisasola también tuvo un recuerdo para su familia y para aquellos padres de terroristas que, pese a no estar de acuerdo con el camino» que tomaron sus hijos, salieron a la calle para defender los derechos de los presos». «Quiero decir a nuestros padres -enfatizó- que ellos tenían razón.
La exparlamentaria Aintzane Ezenarro quiso, por su parte, agradecer la reflexión difícil, dura, sincera y no siempre comprendida que ha realizado Gisasola y el resto de los presos de la 'vía Nanclares'. La exrepresentante de Aralar, promotora de la ponencia de paz del Parlamento vasco, defendió que, en un momento histórico como el actual, en el que se está entrando en una situación de no violencia política, la sociedad vasca tendrá que hacer aflorar todo el sufrimiento, sin dejar de lado ninguno, con el objetivo de construir un relato de lo que ha pasado y no tiene que volver a ocurrir. Y quiso subrayar el coste personal de quienes optaron por la lucha armada y han visto cómo su vida ha transcurrido entre la clandestinidad y la cárcel.