miércoles, 7 de abril de 2010

CÓDIGOS DEL INSTANTE (MARINA AOIZ MONREAL)

Artículo publicado en el periódico Noticias de Navarra el 7 de abril de 2010. Redactora: Ana Oliveira Lizarribar.

La escritora tafallesa Marina Aoiz Monreal intenta atrapar los momentos importantes de la vida, muchas veces puramente cotidianos, en su nuevo poemario, Códigos del instante, en el que, además de ese empeño, realiza un homenaje a mujeres como Marguerite Duras o Hipatia de Alejandría, cuya obra y pensamiento le han dejado huella en diferentes momentos de su trayectoria vital y literaria. La autora presentará el libro esta tarde, 7 de abril, a las 20.00 horas, en la Casa de Cultura de Tafalla, en un acto en el que contará con acompañamiento musical.
La poeta de Tafalla concibió este poemario antes incluso que Hojas rojas, un homenaje a las madres de la posguerra que vio la luz a finales del año pasado. Sin embargo, prefirió dejarlo reposar, esperando a que se mitigara, siquiera un poco, la situación dolorosa de la que surgieron estos poemas. Y es que, a la pérdida de su madre, Marina Monreal, la autora sumó el año pasado la de un amigo, Ramón Idoy, experto en literatura rusa y traductor de numerosos autores. De hecho, según cuenta Aoiz, hace años él nos abrió un nuevo mundo a quienes teníamos inquietudes literarias, por su profundidad espiritual, su tremenda sensibilidad y su enorme cultura, gracias a la cual, la poeta navarra tuvo noticia de firmas como la de Marguerite Duras, entre otras.
Precisamente, en Códigos del instante, Marina Aoiz rinde tributo a mujeres que le fascinaron en su día y a las que vuelve siempre. Como escribe la poeta Neus Aguado en el prólogo, en este libro queda patente la búsqueda de una genealogía femenina, como se percibe en el poema "Partículas". También en "Oro viejo", dedicado a Wislawa Szymborska, en "Llueve sobre París", para Duras, o en "El sacrificio de Hipatia", en el que recuerda a la gran filósofa y científica de Alejandría. En este último caso, se trata de una figura que la autora conoció hace más de 25 años y de la que ha escrito bastante. Para mí ha sido siempre una referencia de mujer culta con final trágico, como tantas otras que apostaron por la cultura y murieron por ello, apunta Aoiz, que también deja hueco a referencias masculinas como Herman Hesse o Rubén Darío. Para la poeta de Tafalla la lectura es más importante que la escritura, no en vano, te alimentas de lo que lees, que, por supuesto, te deja huella.
Pero Aoiz no mira sólo la realidad, sino también invoca a los mitos, a esos arquetipos que nos dan pautas y que en este caso toman la forma de Penélope o Hipólita.
Sin embargo, por encima del resto de sus contenidos, este poemario tiene un propósito, y es el de tratar de capturar esos instantes de la vida que cobran tanta importancia cuando las cosas se tuercen. Hoy vivimos proyectándolo todo hacia el futuro o apegados al pasado y muchas veces nos olvidamos de vivir el momento, el presente, cuenta la escritora, que en las situaciones dolorosas que le han tocado vivir recientemente anhelaba fijar esos instantes para que no se perdieran, tratando también de buscar sentido, un código, una clave para comprender lo que sucedía. Y las palabras fueron en parte su refugio, por eso también hay metapoesía en estas páginas, con palabras en cursiva y términos recurrentes como luz, vida, miedo, enemigo, peligro...

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