viernes, 8 de mayo de 2009

NATURALEZA MUERTA (LOUISE PENNY)


LA NOVELA: Naturaleza muerta inaugura la saga de novelas ambientadas en Three Pines. Con esta obra, Louise Penny muestra su estilo delicado e insinuante, reinventando la novela de detectives al ambientarla en un lugar tan seguro en apariencia como, en definitiva, misterioso.
A medida que la niebla matutina se va despejando el domingo de Acción de Gracias, los hogares de Three Pines cobran vida; todos menos uno... Para los lugareños el pueblo es un reducto de seguridad. De modo que, cuando encuentran muerto a un miembro muy querido de la comunidad en el bosque de arces, les invade la perplejidad. Sin duda debió de ser un accidente, la flecha extraviada de un cazador. ¿Quién iba a querer a Jane Neal muerta?
A lo largo de una extensa y fulgurante carrera en la Sûreté du Quebec, el inspector jefe Armand Gamache ha aprendido a buscar serpientes en el Paraíso. Gamache sabe que hay algo oscuro merodeando tras las cercas blancas y, si observa con suficiente detenimiento, Three Pines empezará a desvelar sus secretos...

RESEÑAS: Estamos ante una obra maestra del tradicional misterio de salón, en la que el inspector jefe Gamache, un moderno Poirot, resuelve un asesinato desgarrador (Review Journal)
Llevábamos esperando algo así desde Agatha Christie (Toronto Globe and Mail)
Louise Penny aporta una voz nueva, al fascinarnos con la ingeniosa colección de pistas falsas, comportamientos extraños y otros divertimentos (Toronto Star)
Un argumento excelente y sutil que deja vislumbrar los lugares más profundos de la naturaleza humana, y que pone de manifiesto sabias observaciones, que nos van a enriquecer mucho tiempo después de haber cerrado sus páginas (Anne Perry)

LA AUTORA: Nació en Toronto en 1958. Ha trabajado como periodista para la Canadian Broadcasting Corporation, centrada en temas de actualidad. También ha realizado multitud de entrevistas, lo que supuso para ella un aprendizaje inmejorable, pues le enseñó a escuchar con mucha atención, lo que, a su juicio, supone una cualidad fundamental para un escritor. Actualmente vive en un pueblo de Quebec con su marido, Michael. Naturaleza muerta es su primera novela, e inaugura una serie de obras centradas en el pequeño pueblo de Three Pines. Con esta primera entrega ha ganado los premios Arthur Ellis y Dilys, que son solo los primeros de la larga serie de reconocimientos que aguardan a esta autora.

LO QUE TARDA EN MORIR UN IDIOTA (JOSÉ MANUEL AGUILERA)


LA NOVELA: Un abogado es asesinado de forma brutal y sin motivo aparente.
Consciente de lo extraño del comportamiento del homicida, el fiscal encargado del caso pide ayuda al psicólogo forense Manuel Artacho que, partiendo del análisis de la conducta, comienza a desenredar un misterio donde el pasado y la banalidad del mal son los protagonistas.
Manuel Artacho transitará por las diferentes expresiones del dolor psicológico y físico, al tener que enfrentarse a una de las más devastadoras muestras de la crueldad humana, agarrándose para no sucumbir a la desesperanza en la cotidianidad, en la belleza gastada de lo que le rodea y en la reconfortante sensación de elaborar distintos platos de cocina que comparte con sus lectores para que éstos, si lo desean, puedan unirlos a las recetas que les brindaron Carvalho o Montalbano.
Esta fascinante novela negra, cuyo estilo fluido, directo y cuajado de giros inesperados la sitúa entre las mejores obras del género en Europa junto a las de Vázquez Montalbán, Fred Vargas o Camilleri, no deja indiferente a nadie.
Como los grandes autores de la novela negra J. M. Aguilar es, por encima de cualquier otra cosa, un experto conocedor de la materia de la que están hechos los seres humanos.

EL AUTOR: José Manuel Aguilar Cuenca (Madrid, 1968) es licenciado en Psicología por la Universidad de Granada, siendo especialista en psicología clínica y forense. Es autor de multitud de artículos en revistas especializadas y periódicos, así como de tres libros que tratan distintos temas de psicología jurídica y que se han convertido en libros de referencia en lengua castellana, con numerosas ediciones y traducciones a otros idiomas: Síndrome de Alienación Parental (2004), Con mamá y con papá (2005) y Tenemos que hablar (2008), así como una Guía para el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid. En la actualidad sigue trabajando como psicólogo, actividad que compagina con la docencia y su actividad como conferenciante, que le han llevado a visitar diversos países, donde ha sido ponente para el Tribunal Superior de Justicia de México o el Centro de Estudios Judiciarios de Portugal. Lo que tarda en morir un idiota es su primera novela y ha creado una enorme expectativa.

RAMÓN SAIZARBITORIA PREMIADO EN LA III NOCHE DE LA EDICIÓN DE EUSKADI

Noticia aparecida en el diario DEIA, redactora: Maite Redondo.

Con su libro Gorde nazazu lurpean se alzó con el Premio Euskadi de Literatura, el Premio de la Crítica y el Beterriko Liburua. Ramón Saizarbitoria, considerado como uno de los autores renovadores de la literatura en euskera, recibió anoche el Premio Argital, en la tercera gala de la Edición, organizada por la Cámara del Libro y el Gremio de Editores vascos. Durante la cena que se celebró en el hotel Carlton, a la que asistieron numerosos escritores y representantes del mundo cultural vasco, fueron galardonados también Álvaro Pombo, autor de novelas como El metro de platino iridiado, Donde las mujeres o La Fortuna de Matilda Turpin, premio Planeta 2006, y a la Biblioteca de la Universidad de Deusto, inaugurada el 27 de enero de este mismo año.
Ramón Saizarbitoria (Donostia, 1944) confiesa que siempre ha escrito con libertad y sin agobios, sin temor a ser engullido por la literatura de masas. Sociólogo de profesión -recientemente se ha jubilado como director del Centro de Documentación y Estudios Sociológicos SIIS- está inmerso desde hace cinco años en una novela, que no tiene ninguna prisa en publicar. Me está costando mucho escribirla. Me interfiere constantemente la realidad política, no sé si deshacerme de ella. Estoy harto de la obligación que te impone hablar de política porque, si no lo haces, parece que eres un cobarde o un frívolo. Es una realidad que me tiene un poco aburrido.
Porque a Saizarbitoria lo que realmente le interesa es "la escritura en sí misma, las razones por las que escribimos. Pero, sobre todo, las relaciones interpersonales, las dificultades de comunicarnos y el engorro que a veces supone la palabra entre los seres humanos y más concretamente entre hombres y mujeres. ¿Para qué nos vamos a engañar? Lo más importante del mundo es cómo se entiende un hombre y una mujer. Precisamente con uno de sus libros más personales, Marcel Martinen aitatasun ukatua, se quedó en 2001 a las puertas de conseguir el Premio Nacional de Literatura, que se lo llevó Juan Marsé con Rabos de lagartija. En ese trabajo, mostraba el deterioro más absurdo al que pueden llegar las relaciones de pareja.
Euskera: Saizarbitoria siempre se ha mantenido fiel a su apuesta por el euskera. Recuerda que de adolescente solía escribir estampas de San Sebastián imitando a Baroja, un escritor al que leía mucho. Te puedes imaginar que en un colegio de frailes no era muy normal que se escribieran esas cosas y además en euskera. Luego llegó su primera novela, Egunero hasten delako, que ahora se está traduciendo al castellano. Quería escribir algo a los euskaldunes de mi generación, llenar una laguna en euskera.
Más tarde fundó el grupo Lur, junto a Gabriel Aresti, Ibon Sarasola, Anjel Lertxundi o Arantxa Urretabizkaia. En 1976 publicó su segunda novela, Ehun metro (100 metros) -ue luego ha sido llevada al cine por Alfonso Ungria y recibió un año después el Premio de la Crítica por Ene Jesus, con el que alcanzó la condición de gran escritor vasco.
Fue una época muy ilusionante, difícil, pero esperanzadora para la literatura vasca. En aquel momento, nos contentábamos con poco, nunca nos hubiéramos imaginado que podíamos derivar a la situación actual, en la que un escritor vasco gana premios nacionales y puede ser portada de revistas literarias. Pero, al mismo tiempo, éramos más libres, había una literatura de masas y una literatura de élite, y nosotros teníamos pretensiones.
¿Se puede hablar de un denominador común de la literatura vasca? Por gracia o por desgracia, creo que no existe. Por un lado me apetecería que existiera, pero por otro lado, creo que es un buen síntoma que cada uno haga su propia literatura. Siento nostalgia de aquellos tiempos.